domingo, 30 de agosto de 2009

Las vacaciones

Finalizaron las vacaciones, ese tiempo de intervalo en la vida cotidiana y/o laboral.
Quien más quien menos, y quien nada las haya gozado, a poco que reflexione, le puede suponer estos días una "parada" en su actividad rutinaria.
La verdadera parada seria la detención o ralentización de la enorme actividad mental en la que andamos sometidos, que presiona nuestras vidas.

Hay quien dice que en vacaciones marcha a viajar, y cuanto más lejos y exótico el lugar, mucho mejor,... ¿mucho mejor? Ay de aquellos que así viajan a tan remotos lugares físicos, pero viajan con las mismas maletas mentales, esquemas con los que se desplazan.
¿Viajar para repetir esquemas impuestos y desarrollados durante todo el año?
El verdadero viaje, las verdaderas vacaciones son aquellas que nos permiten cambiar de chip, de esquema, de patrón, ese es el verdadero descanso psicologico, que por añadidura reportará a un descanso físico y emocional de calidad.

Tomar distancia de sí mismo, de su ritmo de vida, de sus actividades cotidianas lo deja a uno en posición de relax, de cierta desconexión, aunque la verdadera desconexión viene de "parar a la mente", permitiéndola silenciar en el mayor grado posible.

Un buen libro, una agradable conversación, contemplar una puesta de sol o el fluir del agua cristalina por un antaño reseco riachuelo, la admiración de la bella sonrisa de una chica o de un chico, una música que devuelve emociones y sensaciones, degustar un plato comarcal de buena cocina casera o un salutífero baño en el mar cristalino y fresco, una agradable conversación, ...lo devuelven a uno a un estado de reposo mental, y con ello físico y espiritual.
Ese puede ser un buen viaje interior, el que revoluciona desde el silencio y la tranquilidad, y nos predispone para la vuelta...para el regreso de las vacaciones.