REFLEXIONES

Es curioso observar que una vida "ordenada" implica límites, tener límites. Lo que marca que ello no se convierta en una paranoia es la conciencia, la moral y la ética.

Límites son responsabilidades, dar respuesta a responsabilidades, horarios, renuncias, grandes dosis de paciencia, mucha observación y atención, y otro tanto de templanza y serenidad.
Cualquiera puede estar "limitado" pero si su conciencia es limpia, clara, nítida, que busca la verdad, con una clara orientación y dirección; su moral ante la adversidad es alta, ese límite no es interiorizado como tal sino como libertad, como belleza, tener inquietudes, sensibilidades y una dirección.

Es curioso pero TODO está en uno, y debieramos transmitir y educar esto. Todos tenemos recursos interiores para salir de las situaciones que nos aporta la vida. Lo único es que no las hemos descubierto, no las hemos cuidado y hecho crecer.

Tener recursos, está muy por encima del tener, del poseer o acumular material. Es más bien saber hacer (una tarea, desarrollar las soluciones a un problema o conflicto, buscarse la vida, salir-de-sí-mismo), es un saber ser (saber ser más humano, respetuoso e integral, armónico en todos los aspectos), es un saber estar (cambiar de registro o sea cambiar de chip cuando las circunstancias lo precisen), es un saber observar y analizar (para extraer conclusiones y respuestas). Todo ello, no es comerse el coco sino que el tener recursos lo posiciona a uno en la fortaleza ante la dificultad, con ENERGIA y VITALIDAD, claves en un mundo tan cambiante como el actual.

No todo es materia, sino es energia, algo que no es material. Y lo que nos hace precisamente humanos no es la materia, no, sino son elementos no tangibles físicamente: contemplar y maravillarse de la belleza, preguntarse sobre sí mismo, disfrutar con lo que se hace, ser y notarse coherente (no fragmentado) en definitiva. No es la materia lo que nos construye como seres completos, sino algo diferentes, universal y muy poderoso.